Sin duda, el e-learning ha llegado para quedarse. Esta poderosa herramienta viene siendo una gran alternativa para las empresas que necesitan optimizar recursos en tiempo y costos y, al mismo tiempo, aumentar su productividad.
Es importante empezar este artículo reflexionando sobre cómo fue su evolución en el último año y también sus limitantes ante la llegada de la pandemia. Estos obstáculos fueron los siguientes:
- La falta de conocimiento y poca confianza en la metodología de parte de muchas empresas e institutos.
- Las limitaciones del internet fuera de las ciudades: bajo ancho de banda. No se soportaba la demanda de personas trabajando y estudiando en remoto.
- Falta de reglamentos y lineamientos por parte de las autoridades competentes.
- Falta de buenos proveedores de e-learning. Ciertos proveedores no tenían ninguna metodología de diseño instruccional y elaboraban materiales poco didácticos que no lograban los objetivos de aprendizaje: la experiencia del usuario se volvió negativa.
Por ello, ante estas limitantes, teníamos un solo camino: superarlos y entender las metas que se trazaron para posicionarnos como una ayuda importante para las empresas. Los retos superados fueron:
- La falta de confianza y de conocimiento de la metodología. Muchas empresas e institutos aprendieron a conocer el e-learning y a incluirlo en sus programas de capacitación.
- La tecnología también ha mejorado; sin embargo, aún hay mucho por hacer, especialmente en las provincias más alejadas del Perú.
Con ello, podemos identificar dos importantes beneficios, los cuales son:
- El e-learning le ha dado la posibilidad a las empresas e instituciones educativas de continuar capacitando a su personal. La educación, en la mayoría de casos, no se detuvo.
- A nivel de industria de e-learning, hubo un incremento exponencial en la demanda.
A partir de lo señalado, nos preguntamos: ¿Es el e-learning una opción, una alternativa o un complemento a la presencialidad? Creemos que los tres puntos son válidos, dependiendo mucho del tipo de contenido. Por ejemplo, la mayoría de las empresas e institutos en Estados Unidos y Europa ofrecen programas virtuales al 100 % y, al mismo tiempo, programas blended, en los cuales se combina la formación presencial con la virtual.
Sinceramente, no creemos que quedarán muchos programas únicamente presenciales, ya que las ventajas del e-learning son evidentes y aplican a cualquier tema. En el caso de los institutos, la novedad más importante para el Perú podría ser la metodología de aula invertida, en la cual se reemplaza la lección frontal clásica con tiempo de estudio individual en la casa, y las lecciones se convierten en laboratorios de trabajo colaborativos gestionados por el docente.
Por ello, consideramos que en esta era del conocimiento virtual es importante tener esta apertura para los colaboradores o estudiantes, de modo que puedan siempre tener la agilidad y el conocimiento en la palma de la mano.
Por otro lado, en un mundo tan globalizado y acelerado como en el que vivimos hoy, el reto que afrontamos en Captura es el de innovar. Es importante que el proveedor ofrezca productos innovadores que tengan un alto impacto para lograr así, en menos tiempo, el mismo resultado de aprendizaje. Debemos salir de nuestra zona de confort y ofrecer productos de vanguardia, como es la realidad virtual, el aprendizaje 360 y más.
Otro reto importante a trabajar es el de reducir el porcentaje de abandono de los participantes. Esto se puede lograr presentando materiales no solo innovadores, sino también mejor estructurados, más puntuales y motivadores.
Finalmente, el Estado, en conjunto con todas las empresas involucradas en la industria del e-learning, tienen la oportunidad de cerrar las brechas tecnológicas, reglamentar el aprendizaje virtual y ampliar así el alcance, puesto que el objetivo debe ser la educación de fácil acceso para todos.
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